Nos presentamos,

El Objetivo de este blog consiste en colaborar con todos los actores del ámbito educativo resignificando el valor de la MEDIACION PEDAGOGICA

Prof. Patricia Blanco


miércoles, 20 de octubre de 2010

LA NECESIDAD DE LA MEDIACION PEDAGOGICA Y DEL APRENDIZAJE COLABORATIVO por Monfroglio, Veronica Patricia

 La  residualmente vigente Ley de Educación Federal Nº 24.195 sancionada en el año 1993 para todo el territorio de la Nación Argentina, con excepción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), se esforzó en proclamar la obligatoriedad escolar, esto es, la pertenencia obligatoria de los adolescentes al sistema escolar, puesto que la obligatoriedad escolar para los niños ya había sido establecida en la Ley 1420 que data del año 1884, en la siguiente forma:
  • Artículo 1º - La escuela primaria tiene por único objeto favorecer y dirigir simultáneamente el desarrollo moral, intelectual y físico de todo niño de seis a catorce años de edad.
  • Artículo 2º - La instrucción primaria debe ser obligatoria, gratuita, gradual y dada conforme a los preceptos de la higiene.
Desde esta perspectiva se puede considerar que el Estado Argentino considera fundamental la alfabetización de todos los ciudadanos y, por tanto, ha de velar porque todos los actores que de uno u otro modo se ven involucrados y afectados por este proceso cuenten con las herramientas necesarias para que la educación de todo el pueblo (entiéndase educación sistemática) deje de ser una utopía inalcanzable y se convierta en una tangible realidad.
            Ahora bien, habiendo utilizado la expresión herramientas necesarias, cabe señalar que no solo se pueden considerar los instrumentos materiales, puesto que imprescindible es que haya sujetos capacitados para la utilización de los mismos, por eso, al hablar de educación, de proceso de alfabetización, inmediatamente aparece en escena el binomio intrínseco subjetivo educando – educador. Sabido es que así como no existe un único perfil de alumno, tampoco existe un único modelo docente, pues diversa es la personalidad y diferente, por tanto, el modo de enseñar. Por eso, quizás, el gran desafío que deba enfrentar el sistema escolar actual no sea el de encontrar un estereotipo docente o un paradigma educativo que señale el camino a seguir y oriente la práctica áulica, sino más bien el preguntarse sobre el aprendizaje objetivo y subjetivo, es decir, qué se enseña y quienes son los sujetos de emisión y recepción de dicho aprendizaje, ¿sólo corresponde al docente enseñar?, ¿sólo pertenece al alumno el aprender?, y he aquí una nueva definición, un nuevo concepto, una nueva propuesta que ensancha horizontes:  la mediación pedagógica, el aprendizaje colaborativo.
Respecto de la mediación pedagógica, esta puede ser definida como el tratamiento de contenidos  y de las formas de expresión de los diferentes temas a fin de hacer posible el acto educativo dentro de la creatividad, la participación, el compromiso y la comunicación; que tiene como elemento fundamental la utilización del lenguaje como forma de expresión del pensamiento. Sin embargo, no basta sólo con demarcar el concepto, sino que es necesario, también, reconocer los rasgos característicos de la figura que ha de desempeñar el rol de mediador para poder intervenir correcta y favorablemente en los procesos de enseñanza aprendizaje, por eso, como características esenciales se pueden mencionar el carácter neutral, la buena utilización del tiempo y los esfuerzos, la capacidad de negociar, la escucha atenta, la observación detallada de gestos, posturas, etc., la necesaria rigidez y la equilibrada flexibilidad, entre otras.
            Respecto del aprendizaje colaborativo, podría señalarse que aparece como una estructura cuya función consiste en lograr  una interdependencia positiva que genere un mayor empeño en los alumnos y que permita, además, incrementar la autoestima y lograr adaptarse psicológicamente a situaciones diversas, en otros términos, se trata de organizar matrices colaborativas entre pares, que promuevan el compromiso a través de la interacción personal.


            Ahora bien, intentando responder al título que ha dado origen a este texto, el interrogante que surge es cómo pueden, en el ámbito de lo cognitivo – conceptual, intervenir positivamente las propuestas educativas anteriormente mencionadas, ¿es posible llevar a cabo, en el ambiente áulico, un aprendizaje colaborativo que le permita a los educandos asimilar con mayor facilidad los contenidos que se presentan como dificultosos?, ¿es eficaz plantear una mediación pedagógica que, involucrando tanto a los alumnos como a los docentes, resuelva ciertos conflictos que pueden surgir a la hora de aprender contenidos?, como hipótesis posibles, la intención de este ensayo es corroborarlas a partir de los siguientes ejemplos.
Si se supone, como es natural, que en un aula conviven cotidianamente, durante cinco horas, aproximadamente treinta y dos alumnos de diferente sexo, pero de una misma edad, se necesita considerar que dentro de ese ambiente hay treinta y dos individualidades, treinta y dos historias - biografías – escolares, treinta y dos realidades únicas e irrepetibles que interaccionan entre sí y también con los adultos que se les presentan como referentes en las diferentes materias que imparten. Al tener en cuenta cada sujeto con sus respectivas circunstancias, se reconoce también que cada uno de ellos presenta un grado diferente de comprensión y expresión en relación a los diversos contenidos que a diario se les ofrecen. En este reducido cosmos de propuestas y posibilidades, los alumnos podrían ser concebidos no sólo como sujetos de aprendizaje, sino también como sujetos de enseñanza. De ser así, el docente podría, por ejemplo, estimular a los educandos – sabido es que una de las características que presentan los adolescentes con mayor énfasis es la solidaridad y la identificación con los pares – para que cada uno actuara, en relación a alguno de sus pares, como refuerzo en el plano cognitivo ayudándolo a comprender y adquirir los contenidos que le presentan alguna dificultad. De este modo y quizás contemplado sencillamente, el espacio áulico podría convertirse en un ámbito generador no sólo de conocimientos, sino también de vínculos basados en el respeto, la comprensión y la ayuda mutua. Sin embargo, como toda realidad es compleja, el docente debe mediar entre sus alumnos, no sólo en la resolución de conflictos actitudinales o vinculares, sino también en aquellas situaciones que presentan dificultades u obstáculos para que cada alumno enriquezca el bagaje cultural cognoscitivo que trae consigo y ejercite sus capacidades. Así, ni la mediación pedagógica es unilateral, ni el aprendizaje colaborativo es autosuficiente. Mediación escolar y aprendizaje colaborativo, entonces, como un binomio que ayuda, orienta y sostiene la práctica educativa, porque ayuda, orienta y sostiene a los principales actores que conforman el sistema escolar: educador – educando.
Finalmente, no es necesario que un ministerio nacional promueva un determinado modelo de enseñanza ni un determinado programa de aprendizaje para que resulte eficaz. La educación es una necesidad de todos, pero también es de todos una responsabilidad, por eso la educación argentina puede ser y será más humana, más eficaz y más formativa, en una palabra, más educación (en términos de humanización y cultura) cuando cada ciudadano se comprometa tanto dentro como fuera del aula a construir, colaborando y mediando, una nación de iguales, una realidad sin exclusiones ni prejuicios, sin absolutas individualidades ni remarcadas masificaciones que, comenzando por cada hogar, pueda reproducirse también dentro de cada colegio, dentro de cada aula. Aprendizaje colaborativo socialmente y mediación pedagógica popularmente. ¿Utopía?, tal vez, pero un conocido escritor latinoamericano nos dijo alguna vez que la utopía sirve para caminar.

Ventana sobre la utopía – Eduardo Galeano.
Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-.  Me acerco dos pasos, ella se   aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar
·     López Quintás, Alfonso, Cómo lograr una formación integral. España, San Pablo, 1996
·     Payá Sánchez, Montserrat, Educación en valores para una sociedad abierta y plural, España, Descleé de Brouwer, 1997
·     Seijo, Mario Pedro, La formación integral, Buenos Aires, Ciencia, razón y fe, 1996.

"Casos no mediables frente a una mediaciòn pedagògica" de Gisela Hartig



Hoy en día la violencia en los chicos ya no es una cosa de carácter individual y que solo se de o vincule en un contexto familiar; ahora esta situación se ha trasladado al ámbito escolar e incluye a todos los chicos, no solo a los casos aislados de “chicos problema” a los que es posible controlar .¹
En  los chicos se puede ver que ya no tienen aprehendidos comportamientos que permitan llevarse con todos sus pares de una manera pacífica y este mismo parece no poder ser controlado por los mismos profesores que cada vez se ven más limitados a intervenir o en actuar frente a situaciones violentas ya que no cuentan con recursos o estrategias posibles.
Dentro de lo escolar podemos encontrar distintos tipos de violencias:
·        Contra personas, de forma verbal o física.
·        Violencia contra propiedades; puede ser en hurtos y robos.
·        Violencia a la infraestructura y/o instalaciones escolares.
También existen tipos de manifestaciones de la violencia:
·        Dirigida a las autoridades de una institución.
·        Hacia la institución escolar.
·        Hacia personas y ataques a la propiedad.
La violencia generada en las escuelas y su incremento no se da sólo por causas externas, ajenas a la institución sino también esta misma genera los conflictos y los grados de los mismos.


Para este tipo de problema, a veces, se tiene una solución; “en las instituciones se negocia permanentemente, aún cuando el intercambio no se plantee en términos de negociación formal…” ²
La mediación se puede considerar como un proceso negociador a la que se recurre cuando las partes en conflicto no pueden tratar y / o llegar a un acuerdo sobre este. A veces, esta mediación necesita de un tercero que sea neutral para que intervenga por ambas partes para que las ayude en la comunicación pero nunca va a tomar una decisión.
En una última instancia de esta mediación, el tercero, debe fijar pautas del acuerdo al que se llega para ver si se resuelve o se soluciona el conflicto a tratarse luego de rever las necesidades, intereses de cada una de las partes. De todos modos, el logro depende de cómo se use y se diseñe ese proyecto de mediación.
Existen diversos criterios en los que se pueden agrupar proyectos de mediación.
·        Entre diversos actores de la comunidad educativa, destinado a una resolución pacífica y de cooperación en el conflicto.
·        Entre los mismos estudiantes; donde se quiere promover el aprendizaje y desarrollo de habilidades abordando los conflictos.
Para concluir con la definición de mediación pedagógica, se pueden destacar ciertas características sobre la misma; es un proceso informal; no tiene un procedimiento rigurosamente establecido; es voluntaria para todos los actores; confidencial ya que ningún tema de lo tratado en la mediación puede ser divulgado.
Además se tienen factores que hay que tener en cuenta para que este proyecto pueda llevarse a cabo y tener un resultado positivo; comunicación eficaz; empatía con las partes; poder generar y mantener relaciones con los demás, resolver problemas y tomar decisiones, etc.

¿Pero qué sucede cuando se presenta un conflicto, en algunos casos, extremos no tienen su resolución?


Existen casos, dentro de una institución escolar, en los que directamente no se pueden solucionar o intervenir, eh aquí los casos:
  • ·        Las partes no desean ir a mediación.
  • ·        Los casos que ya fueron mediadios y no se cumplió con lo pactado.
  • ·        Hay amenazas graves.
  • ·        Falta de confianza y credibilidad en el espacio de la mediación.
  • ·        El hecho afecta a más personas en forma directa y no han sido convocadas.
  • ·        Existen hechos graves que pongan en peligro la integridad física o psíquica de las personal.
  • ·        El objeto de la mediación no depende de la disposición o disponibilidad de las partes.
  • ·        La situación implica cuestiones relacionadas con armas o drogas. 
  • .        Otro caso a considerarlo como no mediable es cuando la institución no quiere tomar asunto sobre ese conflicto generado.

A veces los casos de mediación pueden tornarse de mediables a no mediables; por ejemplo cuando hay falta de comunicación entre los pares  y/o con los mediadores; otro caso puede ser que una o las dos partes entiendan que su imparcialidad está comprometida o en donde ambos mediadores sienta que no puede manejar la situación (pueda sentir medio, inseguridad, o surja algún tema relacionado con lo ilícito).
Cuando sucede alguno de los casos anteriormente mencionados, los mediadores interrumpen el proceso y se requerirá de la presencia del miembro del Equipo Coordinador que esté a cargo y se le indicará el motivo de la suspensión. Ese miembro convocado últimamente, será el responsable de indicarle a todas la partes  el porqué se suspendió y definirá qué medidas tomar a partir de ese momento. Cabe destacar que si el motivo de la interrupción está relacionado con algún tema ilícito, se rompe la confidencialidad de todo tipo.
Sea cual sea el motivo por el cual se llega a mediación, la escuela debería estar preparada para afrontar todas las situaciones variadas que se puedan dar; los docentes,


que son a las primeras personas que los chicos recurren al momento de un  problema, deberían estar capacitados para  cualquier problemática a resolver.
En los casos en que la institución directamente no quería participar como mediador o en ningún otro papel como se indicó en las páginas anteriores, debería la institución igualmente tomar parte de responsable en el asunto, ya que el conflicto se produjo y creció dentro del ámbito escolar.
Para finalizar esta breve narración; opino que los valores, herramientas para la convivencia, comunicación, etc. que les serán útiles para relacionarse durante los años escolares, ya deberían ser aprendidos en el contexto familiar y en los primeros años, ser reforzados en el colegio. Lo mismo debería suceder con los docentes y demás autoridades de la institución, para así llevar una relación sin conflictos y en los casos de llegar a una mediación, que sea de fácil resolución y sin llegar a la violencia.

¹ García Costoya, Marta; Programa Nacional de Mediación Escolar, Bs. As.; 2004; pág. 7.
²G. Frigerio; Las instituciones educativas. Cara y Ceca, Troquel, Bs. As.; 1992.


Bibliografía consultada:

·       García Costoya, Marta; Programa Nacional de Mediación Escolar - Marco general, Bs. As.; 2004.

·       García Costoya, Marta; Programa Nacional de Mediación Escolar -Orientaciones para el diseño e implementación de proyectos, Bs. As.; 2005.

LA MEDIACION PEDAGOGICA COMO FACTOR QUE EVITA LA DESERCION ESCOLAR por Marcela Maccarrone


En el presente  trabajo se mencionarán  ciertas problemáticas que generan la deserción escolar, los motivos, causas y las posibles mediaciones que el docente puede efectuar con respecto a estas.

Se debe reconocer que los niveles de deserción escolar aumentan progresivamente cada año. A grandes rasgos las causas son tanto sociales, económicas y personales: falta de cultura, de afecto y  de solidaridad, la falta de comprensión de los padres hacia sus hijos, la vida “liberal” que llevan los  adolescentes sin limites ni control, falta de motivación e interés, situación económica que genera necesidades básicas insatisfechas, padres ignorantes, falta de recursos materiales, fracasos escolares  y escasez de empleo que lleva a miles de familias al empobrecimiento.

Esto se vuelve cada vez más intenso y provoca en ellos daños tales como la dificultad en el proceso de aprendizaje, deterioros  físicos y emocionales, escasa motivación, bajo rendimiento, ausentismos y abandono escolar. Todo esto se puede observar en diferentes contextos y en diferentes estratos  de la sociedad.
La deserción, si bien se da en cualquier ámbito, se encuentra presente en las clases más desposeídas y desprotegidas, donde se da el círculo vicioso: a mayor pobreza, mayor deserción y viceversa.

La educación es un medio de transformación del sujeto y un puente hacia el mundo globalizado del trabajo, y son cada vez más los adolescentes que se encuentran imposibilitados de pertenecer a éste y crecer personal y profesionalmente, quedando así “estancados”.

Para Paulo Freire[1], la educación es brindarle al educando consciencia para asumir su rol. También admite que es una forma de percibir la realidad social, y el sujeto que esta siendo educado está construyendo su historia. La educación es considerada un proceso dinámico, de acción de parte de los sujetos. Sintetizando un poco su idea, se puede afirmar que para él la educación es un producto de la praxis, una reflexión orientada a transformar a través de la acción humana.
Y en ese proceso que involucra a la acción humana, en la educación formal, tenemos básicamente dos actores: docentes y aprendices.
Es tarea de los docentes acompañar y andamiar[2] el proceso de aprendizaje.
Pero su figura, tanto como acompañante del proceso y  como mediador  de los conflictos, puede evitar que se produzca la deserción del alumnado anteriormente mencionada.
Éste debe tener ciertos comportamientos para realizar su tarea y que sea llevada a cabo de manera efectiva:
-tener capacidad de escucha y observación
-evitar responder a estereotipos
-dejar de lado prejuicios
-generar  una comunidad de confianza        
-buscar criterios objetivos
-tomar decisiones democráticas y en asamblea
-controlar  las emociones, etc.

El mediador, a mi criterio, debe intervenir en el desarrollo personal de los jóvenes. Se les debe enseñar a sobrellevar las adversidades de la vida. Se debe trabajar con los recursos internos y las dotes personales de cada uno para lograr disminuir el déficit en la educación.
También, frente a conflictos entre los pares, se pueden realizar juegos en donde deban cooperar unos con otros, y así lograr disminuir la agresión, timidez y miedo existente y aumentar la solidaridad y la cooperación.    
En el caso de la violencia, no sólo el docente es quien debe mediar, sino que los directivos, los mismos niños y las familias también  son responsables en la participación para resolver y prevenirla. Tanto la familia como la escuela deberán ser un dúo que se retroalimente y brinde un espacio abierto a la comunicación y a la socialización de los adolescentes.

Es importante reconocer  las conductas agresivas y los conflictos asociados al joven  y a su entorno social/ escolar, que afectan no sólo al alumno que abandona la escolarización, sino también a las relaciones  interpersonales que se establecen dentro del centro educativo.
 Sostengo que para disminuir esta problemática es imprescindible la participación de toda la comunidad escolar. Tal vez una buena medida sería crear normas de respeto entre los actores. Se debe también aplicar medidas de disciplina (premios-castigos) a determinadas conductas que dañen o favorezcan al alumnado.
Los gabinetes psicopedagógicos deben acercarse y convivir con ellos para brindar una ayuda que sea verdaderamente eficaz. Deben realizar un seguimiento de los alumnos y trabajar en conjunto con el resto de los integrantes del curso, hacer participar a todos para lograr que aquél que perfila la deserción pueda revertir la situación y lograr  terminar su escolarización. Es primordial que se capaciten permanentemente y vivan la realidad que los chicos viven.
Las familias deben participar en actividades que favorezcan la convivencia escolar, deben inculcar en sus hijos el valor del compañerismo y la solidaridad (muchas veces son los mismos compañeros los que movilizan al que abandonó o intenta hacerlo y éste regresa motivado y apoyado por ellos).


Finalmente,  se podría afirmar que tras la implementación de una política educativa poco acorde a las necesidades del pueblo, muchos jóvenes caen en la deserción escolar –aunque una franja de éstos realice todo lo posible para participar del proceso enseñanza-aprendizaje-.

En lo que respecta a la contribución y a un posible éxito a nivel escolar se pueden contemplar las siguientes actividades: creación de puestos de trabajo ( de esa forma los padres serían los que saldrían a trabajar y los chicos sólo se limitarían a estudiar sin necesidad alguna de colaborar con la economía de la casa, ya que esto los agota, desborda su intelecto y disminuye su rendimiento) , brindar un lugar de estudio favorable, facilitar materiales, motivar al estudio, reconocer esfuerzos, aplicar premios y castigos  (ya que el papel que cumple la escuela es producir seres humanos que se desenvuelvan con disciplina y responsabilidad, que sean personas justas y pensantes), orientar a los alumnos, atender las necesidades personales y acompañarlos en el proceso. De ésta forma el alumno se sentirá contenido y aumentará su estima y su confianza.

Si bien el Estado es el que garantiza la educación, la crisis educativa existe. Si el cambio no viene a nosotros, debemos generarlo nosotros.Hay que  apostar al futuro de la Nación y educar una generación de jóvenes alfabetizados que puedan defenderse en la vida y que no caigan en la ignorancia, ya que es probable que los convierta en objetos manipulables por los diferentes sectores políticos o gobiernos de turno.


[1]  Paulo Reglus Neves Freire (Recife, 19 de septiembre de 1921 — San Pablo, 2 de mayo de 1997) Educador brasileño y un influyente teórico de la educación. Sus obras: EDUCACION COMO PRÁCTICA DE LA LIBERTAD, PEDAGOGÍA DEL  OPRIMIDO, EXTENSIÓN O COMUNICACIÓN.
[2] En Vigotsky  y sus aportes a la pedagogía: El andamiaje se refiere al proceso de controlar los elementos de la tarea que esta lejos de las capacidades del estudiante, de manera que pueda concentrarse en dominar los que puede captar con rapidez. Hace referencia a una analogía con los andamios utilizados en la construcción, pues al igual que estos tiene cinco funciones: brindar apoyo, servir como herramienta, usarse cuando sea necesario y ampliar el alcance del sujeto.

Bullying Escolar. Una problemática actual por Mario Bianchetti

Como bien sabemos el bullying es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada, y hoy es un problema que alarma desde los maestros, a los padres, llegando a las investigaciones y a las autoridades nacionales de nuestro país.

Bullying es un término angolosajón que alude al acoso o ensañamiento de algunos compañeros contra otros. Es cada vez más común en la Argentina. Pero las alarmas están encendidas puesto que numerosos estudios realizados muestran que causa severos daños y deja secuelas.

"Hace un tiempo empecé a notar que mi hijo no era el mismo. Lo veía temeroso y decaído. Lo que más me llamó la atención es que había perdido la sonrisa y buscaba excusas para no ir al colegio". Con este relato Gustavo, un gerente de banco de 45 años, describe los primeros signos de alarma de una situación que se repite con una frecuencia inusitada: bullying o acoso escolar.

Pero ojo, no todos los comportamientos agresivos o los conflictos que surgen en un grupo pueden considerarse hostigamiento o maltrato. Los problemas de convivencia, si
son solucionados adecuadamente contribuyen al desarrollo de habilidades para la socialización.

Este término bullying define una variedad de violencia escolar que afecta a una gran cantidad de chicos y adolescentes. Según los especialistas, sólo se puede hablar de bullying cuando la víctima es agredida en forma repetida y durante un tiempo prolongado por otro alumno, quien muchas veces lidera un grupo que se limita a observar pasivamente.

Precisamente, a medida que se utiliza cada vez más la tecnología, los agresores "orgullosos" de sus ataques, graban sus ataques para luego difundirlos por internet y través de teléfonos celulares. Es la variante conocida como ciberbullying.

¿A quién no lo burlaron alguna vez en la escuela? ¿Quién no fue víctima de un papel pegado en la espalda o de un poco de plasticola en la silla? Las bromas entre alumnos siempre existieron
Una chica que no quiere volver al colegio porque sus compañeros le dicen “gorda boluda”. Un chico recibe las burlas de todos porque tiene problemas de audición. Una alumna es marginada porque la llaman “villera” y, a su vez, tiene un grupo de amigas que discrimina a los gordos.

También, se utilizan estos mismos medios, para acosar a sus víctimas. Mensajes de texto intimidatorios, comentarios en blogs, e-mails y violentas amenezas por MSN son algunas vías alternativas, que dan cuenta de una sofisticación de los ataques.

Por eso, cuando un padre se encuentra con una situación de este tipo, por lo general no sabe cómo reaccionar y, si cree saberlo, ensaya soluciones inmediatas de dudosa utilidad.

Gustavo empezó a visitar páginas web y foros para entender con mayor profundidad la problemática. Descubrió con espanto que en nuestro país el 15% de los chicos y adolescentes padecen, de manera continuada, la incidencia del flagelo. (Infobae 11 de Octubre de 2010)

Y a nivel local el problema se agudiza. Según las estimaciones del INADI (Instituto Nacional contra la Discriminación y la Xenofobia), en la ciudad de Buenos Aires más del 30% de las personas entrevistadas señala haber vivido situaciones de discriminación de este tipo.

Ordinariamente, suele considerarse que el acoso va acompañado de una “ley del silencio” donde se ve, oye, toca y conoce lo que sucede, pero “NO SE HACE NADA”. ¿Por qué? ¿Qué impide tomar acción? ¿A quien o a quienes le corresponde hacer lo correcto para disminuir o ponerle limites a este mal hábito, a esta Plaga Social venenosa que parecería parte de la vida de las personas?

Pues bien… Lo primero es hablar de Amor propio, de Seguridad y estabilidad emocional, mental y espiritual. Segundo, Modelos teóricos de Aprendizaje en el niño, tercero de Educación y enseñanza, cuarto de Evaluación y Ayuda, y Quinto de Implantación de Programas Innovadores de modificación de conducta.

Aquí se necesita integrar a todo aquel profesional de todas las ramas en un deseo genuino y verdadero de establecer canales de comunicación asertiva para el mejoramiento académico, personal y psicológico del posible desertor escolar. Las escuelas públicas o privadas son los lugares favoritos para demostrar estas conductas antisociales tanto en estudiantes, como en adultos. No obstante, son precisamente los niños los más afectados e impactados en el escenario escolar por actos de violencia o “Bullying” diariamente.

Si confirmamos que en un grupo existe hostigamiento debemos actuar con
rapidez y firmeza.
Hay diferentes maneras de encarar la situación, diferentes técnicas de trabajo con los chicos y los adultos. Pero es importante adoptar medidas de urgencia con las cuales estén comprometidos todos los miembros de la comunida educativa:
- Medidas para proteger al alumno/a que ha sido agredido/a: incremento de la vigilancia en los lugares donde se producen las agresiones.
- Medidas disciplinarias para el agresor/es
- Información a las familias: el tutor/a y/o equipo directivo realizará una entrevista individual con cada una de las familias del alumnado implicado garantizando la confidencialidad de la información.

Muchos educadores han visto esta mala práctica, como algo que está en la norma del niño y más que nada del adolescente. Sus acciones negativas reciben la honrosa justificación de falta de madurez, disciplina, problemas sicológicos o simplemente presiones sociales. Nada más lejos de la realidad.

El niño “Bullie” o “Abusador” es una bomba de tiempo en la escuela y si no recibe ayuda, tratamiento y disciplina a tiempo se convertirá en una amenaza social para su familia, sus amigos, su trabajo y su país en un futuro.

Conductas de las Víctimas en la Escuela[1]
1.       Repentinos cambios en asistencia y logros académicos.
2.       Asistencia errática.
3.       Pérdida total de interés por la escuela.
4.       Descenso en calidad del trabajo escolar.
5.       Éxitos académicos aparecen como mascotas de maestros.
6.       Dificultad de concentración en el salón de clases. Fácilmente distraídos.
7.       Van al recreo tarde y regresan rápido.
8.       Tienen problemas de aprendizaje o diferencias con el grupo.
9.       Carecen de interés de actividades escolares.
10.   Se dan de baja de cursos y no aceptan mentores o tutores.
Conducta Social de las Víctimas de “Bullies"
1.       Solitarios, retirados, aislados.
2.       Pobre o ninguna interacción social.
3.       No tienen amigos o solo unos pocos.
4.       Son no populares en el grupo, pasan desapercibidos. Reciben las migajas de la clase.
Conductas Emocionales de las Víctimas
1.       Repentinos cambios de conducta y de humor.
2.       Pasividad, timidez, callados, retirados, temerosos, asustados.
3.       Baja o ninguna autoestima y auto confianza.
4.       Sobre reactivos ante peligro, hipersensibles.
5.       Nerviosos, preocupados, miedosos, inseguros.
6.       Lloran fácilmente delante de otros. Demuestran su debilidad a los otros.
7.       Bajas o ningunas destrezas asertivas.
8.       Irritables, destructivos, agresivos, pierden rápido el temperamento, pelean, pero siempre pierden.


El Bullying es un fenómeno que sucede (y sucedió) a lo largo de muchos países del mundo. Cada cultura y cada país aporta características específicas, cualitativas y cuantitativas.

Para construir un proyecto debemos partir de lo que está sucediendo. Encontramos especificidades muy particulares en cada establecimiento educativo y es conociendo esas características como se puede empezar a trabajar.
Cualquier método que sirva de comunicación para las víctimas será bueno porque romperá el mayor aliado de los agresores: “la Ley del Silencio”.
La situación de maltrato destruye lentamente la autoestima y la confianza en sí mismo del alumnado que lo sufre, hace que llegue a estados depresivos o de permanente ansiedad, provocando una más difícil adaptación social y un bajo rendimiento académico. En casos extremos pueden producirse situaciones tan dramáticas como el suicidio

Se trata de una cuestión de derechos democráticos fundamentales por los que el alumnado se tiene que sentir a salvo en la escuela, lejos de la opresión y la humillación intencional repetida que implica el Bullying.

Una respuesta a incidentes de prevalencia de Bullying debe ser clara, honesta y directa, evitando el uso de la humillación, el sarcasmo, la agresión, amenazas o manipulación. Debe ser inmediata, con posible solución a largo plazo. Debe permitir saber qué ha sucedido, quiénes estuvieron implicados y qué acciones fueron adoptadas. Y además de implicar a las familias en cada etapa, debe proporcionar oportunidades para que los chicos discutan distintos caminos para resolver el problema”



El aprendizaje colaborativo en contextos desfavorables por Daiana Fernandez


El aprendizaje se produce en la intervención de dos y más, mediado por  un intercambio de opiniones y puntos de vista.
El aprendizaje colaborativo se da en un grupo de personas que trabajan asumiendo cada uno su rol, en pos de una misma meta; el aprendizaje.No puede haber Aprendizaje colaborativo  sin la interacción de las partes.
La importancia de esta interacción no es la cantidad de intercambios e interacciones que se produzcan, sino el grado de influencia que tiene la interacción en el proceso cognitivo y de aprendizaje del compañero. En otras palabras, se aprende de la reflexión común, del intercambio de ideas, del analizar entre dos y más un tema común, a través del cual se obtiene un resultado enriquecido.
El grupo puede ser pensado como una estructura estructurándose, intermediaria entre el individuo y la sociedad. Con respecto a esta noción, René Kaës se pregunta si la categoría de intermediario puede ayudar a pensar la articulación psicosocial y plantea tres caracteres asociados a la categoría de intermediario: - como función de lo articular (dos campos diferentes) - ligado a la presentación de un proceso de transformación - como función estructurante y por lo tanto pasaje de una estructura a otra.
En un grupo con características cooperativas, los integrantes pueden ayudarse a aprender, discutir, evaluar, atravesar los obstáculos incorporando diferentes miradas, aumentar los logros, mejorar las relaciones personales descubriendo la importancia de completar el conocimiento individual con la práctica y con el conocimiento de los otros, de poder operar con los otros.

Es bien sabido que el individuo no aprende por el mero hecho de formar parte de un grupo, sino porque realiza actividades que estimulan algunos mecanismos de aprendizaje específicos.
La cognición individual no se suprime en la interacción del grupo;  pero si se puede afirmar que la interacción entre sujetos genera actividades extras: explicación, desacuerdos, regulación mutua, que despiertan: mecanismos cognitivos adicionales, internalización, extracción, conocimiento, que son en definitiva de los cuales aprendemos.
Si bien hay un rol individual, que cada uno ejerce,  también hay una interdependencia. La comunicación, la cooperación y la integración son elementos esenciales para este proceso.
Este aprendizaje no sólo implica un conocimiento académico, sino que también requiere una interacción afectiva, ya que por medio de esto los individuos se interrelacionan y cooperan haciendo efectiva la tarea.
Vale la pena destacar la diferencia entre: Aprendizaje cooperativo y aprendizaje colaborativo; lo cual se menciona varias veces. Aunque algunos autores tienden a homologarlos, existen diferencias entre ambos, básicamente porque el aprendizaje colaborativo responde al enfoque sociocultural y el aprendizaje cooperativo a la vertiente Piagetiana del constructivismo. Las diferencias esenciales entre estos dos procesos de aprendizaje es que en el primero los alumnos son quienes diseñan su estructura de interacciones y mantienen el control sobre las diferentes decisiones que repercuten en su aprendizaje, mientras que en el segundo, es el profesor quien diseña y mantiene casi por completo el control en la estructura de interacciones y de los resultados que se obtienen.
Un punto importante para tener en cuenta  es la existencia de dos momentos significativos en el proceso de Aprendizaje: el sincrónico, que requiere de respuestas inmediatas, al igual que; un diálogo en vivo, o una conversación presencial, en la cual los dos intervinientes se retroalimentan y las palabras de uno, generan al otro nuevas ideas y respuestas.
Sin embargo, cuando se crean nuevos conocimientos, y se construye en conjunto con otro, corresponde una segunda fase más reflexiva, que pertenece al mundo individual.
En esta etapa del aprendizaje colaborativo, comienza a intervenir la comunicación asincrónica. A través de esta etapa y luego de una asimilación del conocimiento que fue adquirido, el sujeto va a poder aportar sus propios resultados.
El construir un conocimiento no sólo es un proceso social, sino que también tiene un carácter individual de reflexión y de interiorización, que hace válido el espacio asincrónico en el proceso de la comunicación.
Otro punto importante del Aprendizaje colaborativo en la Negociación, que es básicamente un proceso por el cual dos o más personas intentan obtener consentimientos y acuerdos en relación a una tarea o idea. La negociación es un  elemento distintivo  de las interacciones colaborativas, y tiene especial importancia cuando se trata de negociar significados.
Algunos autores; sostienen que sin negociación, el diálogo se trasforma en un monólogo; a la vez que la función del interlocutor, se reduce a la de un simple receptor de un mensaje.
El avance tecnológico ha sido un recurso de gran importancia para este proceso, ya que el trabajo con computadoras constituye una de las estrategias pedagógicas  que obtiene más resultados; esto permite que los alumnos constituyan su aprendizaje en conjunto con otros.
Pero no siempre contamos  con los mejores recursos; también existen lugares  en donde la problemática económica convive con problemas sociales severos.
·               Chicos en situación de calle
·               Familias inexistentes
·               Adolescentes que se mandan solos; sin adultos responsables de ellos
·               Familias sin recursos
·               Hogares que no tienen el hábito de trabajo ni estudio

En estos lugares de necesidades tan básicas, la metodología cambia; ya no pensamos en computadoras, sino en comedores escolares, construcción de roles, de hábitos, dignidad, valores, etc.

No hay garantía de que aquellos mecanismos propios del aprendizaje, ocurran sólo en la interacción colaborativa; aunque es frecuente que se desarrollen durante el Aprendizaje colaborativo, más que estando solo.
Según los especialistas, los mecanismos potencialmente involucrados en el aprendizaje colaborativo a nivel de neuronas, son los mismos que aquellos potencialmente involucrados en la cognición individual.

Gros, B. (2000). El ordenador invisible. Barcelona. Gredisa.
Salinas, J. (2000). El aprendizaje Colaborativo con los nuevos canales de comunicación 199-227; en Cabero, J. (ed). (2000). Nuevas tecnologías aplicadas a la educación. Madrid: Síntesis.
Crook, Ch. (1998). Ordenadores y Aprendizaje colaborativo: Ministerio de educación y cultura. Ediciones: Morata.



“La mediación y la convivencia en el aula” por Flavia Volpe



Para abordar el siguiente tema, debemos comenzar por entender ¿A qué llamamos mediación y convivencia dentro del marco educacional?
En cuanto a lo investigado, el término mediación abarca múltiples definiciones de acuerdo con el contexto al que aplique. Pero en éste ensayo nos propondremos abordar sòlo el ambiente áulico.
Según Lederach[1] (1996), “la mediación es una técnica muy amplia que consiste en la intervención de un tercero (un individuo, equipo, etc.) que facilita el logro de acuerdos en torno a un conflicto.
Por lo tanto para establecer una mediación, debe existir un conflicto entre dos o más partes y la presencia de un intermediario que debe resolver ese conflicto entre éstas. Al hablar de mediación no podemos eludir el rol de la convivencia..
Como todos sabemos, el ser humano tiene dos necesidades sociales básicas: la necesidad de una relación íntima, estrecha con los agentes socializadores primarios y la necesidad de sentirse parte de una comunidad cercana e interesada por él. Somos fundamentalmente seres con otros y nuestro bienestar es mucho mayor cuando nos encontramos en un ambiente armónico, en el cual vivimos en estrecha comunión.
El aprender a convivir en sociedad es una obligación que cada individuo debe adoptar.Entonces, si la convivencia es parte de nuestras vidas cotidianas, es importante desde un principio, enseñar al niño cómo adoptar hábitos que faciliten la convivencia, al punto de poder resolver los conflictos que surgen de la misma.
La convivencia escolar debe fundarse en unos compromisos  y prácticas responsables de toda la comunidad educativa, desarrollados a través de los órganos de gobierno que correspondan, de manera que toda política de prevención tenga: coherencia, totalidad, orientación comunitaria, complementariedad y causalidad.
Pero, ¿Qué es la convivencia[i]?
La convivencia implica, estar al mismo tiempo y en el mismo lugar que otros, con los que se interactúa activa y creadoramente, con quienes se comparten aspectos comunes, y entre quienes se da un entendimiento, una empatía. Sin embargo, convivir, no significa estar de acuerdo en todo, sino la posibilidad de disentir, debatir y regular ese conflicto sin que ello suponga una ruptura, una desintegración o la pérdida de cohesión social.
Con esta información expuesta partimos de la base que con el transcurso de los años, se han implementado diferentes proyectos que actúan como metodologías para abordar ciertas situaciones en el aula.
Si bien, cada grupo de clase presenta sus propias experiencias, hoy tenemos variedad  de técnicas pedagógicas que nos ayudan a los docentes y futuros docentes a encarar las problemáticas  que se presentan con distintas herramientas favorables, como por ejemplo:
La mediación entre iguales, la mediación con un adulto mediador, mediación educativa (escuela pacífica y resolución de conflictos) y mediación integral y/o global (Programas  de mediación escolar)[ii]
Cada una de éstas, ayudan a una convivencia propicia y al individuo en sí.
Entonces, ambos conceptos  “mediación y convivencia se relacionan entre sí. ¿Por qué?
En un ambiente donde diariamente cohabitan un grupo de personas de diferentes clases sociales, religión, valores, ideales, entre otros, es habitual que surjan “conflictos”. Ejemplo:
 “Un alumno tiene intensión de agredir físicamente a su compañero por el sólo hecho de pertenecer a un grupo social diferente. Esto tiene correlación con la mala convivencia.”
Estos dos jóvenes, no pueden establecer una armonía o empatía, entonces se generan estas diferencias. Aquí es donde la figura de un tercero (mediador) debe entrar en escena, Su rol consistirà en poder primeramente, tener una conversación con las partes en apuro y  determinar el consentimiento previo de cada uno de colaborar para la solución del problema, luego negociar, lograr llegar a un acuerdo, etc.
Finalmente todo este proceso, conlleva a la mejora de una convivencia áulica, no sólo al grupo de clase sino  también al individuo en particular, ya que la escuela forma al sujeto para vivir en sociedad.
Amigo lector, este no es  un escrito referido al buen proceder del ser humano para prevenir ciertas situaciones, sino tratar de exponer dos conceptos relacionados entre sí, que se presentan a diario y con los cuales debemos lidiar.
Estos conflictos de los que hablamos párrafos anteriores, no son aislados, sino que surgen en aulas de instituciones donde trabajamos cotidianamente. Cuando digo aislados me refiero a dos cosas: primero que no pasan sólo en otros países y segundo que generalmente tienen relación con el contexto socio-cultural en el que vivimos.
El propósito de intervenir ante un conflicto, no es sólo tarea del mediador.
Los docentes deben estar informados sobre el problema, los padres de cada una de las partes, los directivos, ya que la instancia de mediación lleva un tiempo, la utilización de un espacio, la fijación de horarios en común y otros aspectos que las partes en conflicto deben estar de acuerdo si aceptan intentar solucionarlo.
Para establecer estos programas curriculares, hay que tener en cuenta la organización y el compromiso, ya que se trata de hechos reales y cotidianos.
Todo va a proporcionar una buena solución y por ende una buena convivencia.Abordar el problema desde el comienzo, es decir, “no eludirlo”, va a generar que las relaciones que se establecen entre pares iguales, sean efectivas, óptimas, creando un buen clima de trabajo y un ambiente cohabitable.
Como los conflictos áulicos son globales, ya que todos tienen una cuota de relación con el contexto que los rodea, quiero mostrarles una situación  semejante a la expuesta anteriormente. En un artículo del consejo educativo de la ciudad de  Castilla y León (España), uno de los colaboradores, Luis del Álamo Vaquero, realizó un análisis sobre un caso de mediación educativa.
“Se trata de dos adolescentes que disputan verbalmente a la salida de clase, incluso llegan a la agresión física: golpes y arañazos.
Los profesores intervienen directamente, y se les ofrece acudir a mediación para solucionar sus diferencias, que consistía en un cruce de agresiones verbales permanentes de un grupo de chicas hacia otro, por  la vestimenta, por la forma de relacionarse, etc.
Las chicas apelaron a sus respectivos grupos y fueron éstos los que decidieron acudir al proceso de Mediación, logrando un éxito final al comprometerse con un acuerdo de no agresión”.
Podemos observar que hay una semejanza entre ambos casos, el primero ocurre en un espacio que cotidianamente transito y el segundo en  un aula de otro continente pero con iguales situaciones de conflicto.
Generalmente, para este tipo de conflictos, lo ideal es la presencia de un par igual para intervenir a la resolución del problema. Pero siempre con un adulto responsable como fue en el caso anterior la injerencia de los profesores.
También como otro tipo de opción, es prevenir que se generen los conflictos, aquí es donde deben actuar, la familia, el personal de las instituciones, el ambiente escolar que favorezca el respeto y un grado óptimo de confianza, las normas de convivencia, etc.
En conclusión, de acuerdo a todo lo expresado podemos finalizar diciendo que mientras un conflicto que se desata es percibido y se trata de solucionarlo, estamos frente a un proceso colaborativo, en  donde no sólo las partes del problema están en colaboración para remendar la situación, sino los distintos actores.
Todo este proceso, genera un bienestar al aula, a la comunidad que asiste y a la sociedad en sí, pues el individuo debe transitar en ella y relacionarse con ella. Todo en conjunto produce  un ambiente óptimo para la enseñanza y  el aprendizaje.

          

Bibliografía

Ø      Tuvilla Rayo, José. Guía de Convivencia escolar y resolución pacífica de conflictos, Consejería de educación y ciencia, Dirección General de  Orientación Educativa y Solidaridad. Edición Nº2

Ø      Programa Nacional de Mediación escolar, marco general, Ministerio de Educación.

Ø      Consulta en http://www.consejoeducativo.org

Ø      Del Álamo Vaquero, Luis. “Análisis de un caso de intervención educativa  con Mediación.” Equipo del IES Zorrilla Valladolid, sección Convivencia y Conflicto, 22 de marzo de 2006, España.

Ø      García Pelayo, Ramón y Gross. Pequeño Larousse Ilustrado. Ediciones Larousse Argentina, Buenos Aires.

Ø      Lederach, J.P. (1989): Elementos para la resolución de conflictos. En cuadernos de No-violencia, núm.1, junio, Servicio de Paz y Justicia, México