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El Objetivo de este blog consiste en colaborar con todos los actores del ámbito educativo resignificando el valor de la MEDIACION PEDAGOGICA

Prof. Patricia Blanco


miércoles, 20 de octubre de 2010

LA NECESIDAD DE LA MEDIACION PEDAGOGICA Y DEL APRENDIZAJE COLABORATIVO por Monfroglio, Veronica Patricia

 La  residualmente vigente Ley de Educación Federal Nº 24.195 sancionada en el año 1993 para todo el territorio de la Nación Argentina, con excepción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), se esforzó en proclamar la obligatoriedad escolar, esto es, la pertenencia obligatoria de los adolescentes al sistema escolar, puesto que la obligatoriedad escolar para los niños ya había sido establecida en la Ley 1420 que data del año 1884, en la siguiente forma:
  • Artículo 1º - La escuela primaria tiene por único objeto favorecer y dirigir simultáneamente el desarrollo moral, intelectual y físico de todo niño de seis a catorce años de edad.
  • Artículo 2º - La instrucción primaria debe ser obligatoria, gratuita, gradual y dada conforme a los preceptos de la higiene.
Desde esta perspectiva se puede considerar que el Estado Argentino considera fundamental la alfabetización de todos los ciudadanos y, por tanto, ha de velar porque todos los actores que de uno u otro modo se ven involucrados y afectados por este proceso cuenten con las herramientas necesarias para que la educación de todo el pueblo (entiéndase educación sistemática) deje de ser una utopía inalcanzable y se convierta en una tangible realidad.
            Ahora bien, habiendo utilizado la expresión herramientas necesarias, cabe señalar que no solo se pueden considerar los instrumentos materiales, puesto que imprescindible es que haya sujetos capacitados para la utilización de los mismos, por eso, al hablar de educación, de proceso de alfabetización, inmediatamente aparece en escena el binomio intrínseco subjetivo educando – educador. Sabido es que así como no existe un único perfil de alumno, tampoco existe un único modelo docente, pues diversa es la personalidad y diferente, por tanto, el modo de enseñar. Por eso, quizás, el gran desafío que deba enfrentar el sistema escolar actual no sea el de encontrar un estereotipo docente o un paradigma educativo que señale el camino a seguir y oriente la práctica áulica, sino más bien el preguntarse sobre el aprendizaje objetivo y subjetivo, es decir, qué se enseña y quienes son los sujetos de emisión y recepción de dicho aprendizaje, ¿sólo corresponde al docente enseñar?, ¿sólo pertenece al alumno el aprender?, y he aquí una nueva definición, un nuevo concepto, una nueva propuesta que ensancha horizontes:  la mediación pedagógica, el aprendizaje colaborativo.
Respecto de la mediación pedagógica, esta puede ser definida como el tratamiento de contenidos  y de las formas de expresión de los diferentes temas a fin de hacer posible el acto educativo dentro de la creatividad, la participación, el compromiso y la comunicación; que tiene como elemento fundamental la utilización del lenguaje como forma de expresión del pensamiento. Sin embargo, no basta sólo con demarcar el concepto, sino que es necesario, también, reconocer los rasgos característicos de la figura que ha de desempeñar el rol de mediador para poder intervenir correcta y favorablemente en los procesos de enseñanza aprendizaje, por eso, como características esenciales se pueden mencionar el carácter neutral, la buena utilización del tiempo y los esfuerzos, la capacidad de negociar, la escucha atenta, la observación detallada de gestos, posturas, etc., la necesaria rigidez y la equilibrada flexibilidad, entre otras.
            Respecto del aprendizaje colaborativo, podría señalarse que aparece como una estructura cuya función consiste en lograr  una interdependencia positiva que genere un mayor empeño en los alumnos y que permita, además, incrementar la autoestima y lograr adaptarse psicológicamente a situaciones diversas, en otros términos, se trata de organizar matrices colaborativas entre pares, que promuevan el compromiso a través de la interacción personal.


            Ahora bien, intentando responder al título que ha dado origen a este texto, el interrogante que surge es cómo pueden, en el ámbito de lo cognitivo – conceptual, intervenir positivamente las propuestas educativas anteriormente mencionadas, ¿es posible llevar a cabo, en el ambiente áulico, un aprendizaje colaborativo que le permita a los educandos asimilar con mayor facilidad los contenidos que se presentan como dificultosos?, ¿es eficaz plantear una mediación pedagógica que, involucrando tanto a los alumnos como a los docentes, resuelva ciertos conflictos que pueden surgir a la hora de aprender contenidos?, como hipótesis posibles, la intención de este ensayo es corroborarlas a partir de los siguientes ejemplos.
Si se supone, como es natural, que en un aula conviven cotidianamente, durante cinco horas, aproximadamente treinta y dos alumnos de diferente sexo, pero de una misma edad, se necesita considerar que dentro de ese ambiente hay treinta y dos individualidades, treinta y dos historias - biografías – escolares, treinta y dos realidades únicas e irrepetibles que interaccionan entre sí y también con los adultos que se les presentan como referentes en las diferentes materias que imparten. Al tener en cuenta cada sujeto con sus respectivas circunstancias, se reconoce también que cada uno de ellos presenta un grado diferente de comprensión y expresión en relación a los diversos contenidos que a diario se les ofrecen. En este reducido cosmos de propuestas y posibilidades, los alumnos podrían ser concebidos no sólo como sujetos de aprendizaje, sino también como sujetos de enseñanza. De ser así, el docente podría, por ejemplo, estimular a los educandos – sabido es que una de las características que presentan los adolescentes con mayor énfasis es la solidaridad y la identificación con los pares – para que cada uno actuara, en relación a alguno de sus pares, como refuerzo en el plano cognitivo ayudándolo a comprender y adquirir los contenidos que le presentan alguna dificultad. De este modo y quizás contemplado sencillamente, el espacio áulico podría convertirse en un ámbito generador no sólo de conocimientos, sino también de vínculos basados en el respeto, la comprensión y la ayuda mutua. Sin embargo, como toda realidad es compleja, el docente debe mediar entre sus alumnos, no sólo en la resolución de conflictos actitudinales o vinculares, sino también en aquellas situaciones que presentan dificultades u obstáculos para que cada alumno enriquezca el bagaje cultural cognoscitivo que trae consigo y ejercite sus capacidades. Así, ni la mediación pedagógica es unilateral, ni el aprendizaje colaborativo es autosuficiente. Mediación escolar y aprendizaje colaborativo, entonces, como un binomio que ayuda, orienta y sostiene la práctica educativa, porque ayuda, orienta y sostiene a los principales actores que conforman el sistema escolar: educador – educando.
Finalmente, no es necesario que un ministerio nacional promueva un determinado modelo de enseñanza ni un determinado programa de aprendizaje para que resulte eficaz. La educación es una necesidad de todos, pero también es de todos una responsabilidad, por eso la educación argentina puede ser y será más humana, más eficaz y más formativa, en una palabra, más educación (en términos de humanización y cultura) cuando cada ciudadano se comprometa tanto dentro como fuera del aula a construir, colaborando y mediando, una nación de iguales, una realidad sin exclusiones ni prejuicios, sin absolutas individualidades ni remarcadas masificaciones que, comenzando por cada hogar, pueda reproducirse también dentro de cada colegio, dentro de cada aula. Aprendizaje colaborativo socialmente y mediación pedagógica popularmente. ¿Utopía?, tal vez, pero un conocido escritor latinoamericano nos dijo alguna vez que la utopía sirve para caminar.

Ventana sobre la utopía – Eduardo Galeano.
Ella está en el horizonte -dice Fernando Birri-.  Me acerco dos pasos, ella se   aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que yo camine, nunca la alcanzaré. ¿Para que sirve la utopía? Para eso sirve: para caminar
·     López Quintás, Alfonso, Cómo lograr una formación integral. España, San Pablo, 1996
·     Payá Sánchez, Montserrat, Educación en valores para una sociedad abierta y plural, España, Descleé de Brouwer, 1997
·     Seijo, Mario Pedro, La formación integral, Buenos Aires, Ciencia, razón y fe, 1996.

2 comentarios:

  1. hola que tal soy estudiante de la Licenciatua en educacion y ese fue el mismo trabajo que me dejaron con respecto a este tema pienso lo siguiente El educador debe tener sólidos conocimientos en su área profesional y esta cualidad debe estar acompañado con la pasión que uno debe impregnar por enseñar para lograr trasmitir a los estudiantes nuestros conocimientos, promoviendo y acompañando el aprendizaje.
    La mediación constituye una herramienta poderosa para el proceso de aprendizaje, mediar desde otro ámbito ayuda a comprender ciertos conceptos que en la vida real se los aplica, sin darnos cuenta que están muy ligados a la informática. Los estudiantes perciben determinadas áreas cotidianas que pueden estar muy relacionados con algunos conceptos informáticos. La mediación ayuda a abrir nuevas fuentes de información con los estudiantes y a su vez mejorar la comunicación, brindando resultados muy eficientes para el aprendizaje.
    El docente debe profundizar y tener claro cuales deben ser sus objetivos personales, el porque estamos enseñando y si estamos preparados para esta labor tan complicada, que es la docencia. Debemos educar en bien del estudiante y proponer nuevas metodologías de enseñanza, para eliminar las antiguas tradiciones pedagógicas que en vez de enseñar, convertía al alumno en un esclavo del maestro. La docencia debe convertirse en un convivir con los alumnos y estos a su vez con la sociedad.
    La institución cumple con un papel muy fundamental en la educación, sus autoridades son responsables de inculcar la comunicación en todo el sistema, brindar los medios necesarios para los alumnos, apoyar y capacitar a sus docentes para que éstos brinden sus mejores conocimientos a los estudiantes.
    El educador cumple una función principal, trasmitir la información de la mejor manera y llegar a los alumnos en forma eficiente, llevando un ambiente amigable en el aula, convirtiéndose en un amigo más del alumno. Los medios y los materiales son herramientas que nos permiten buscar y procesar la información para poder comunicar a los estudiantes, la evolución tecnológica debe ser utilizada de la mejor manera en beneficio del docente y del alumno.
    No podemos dejar a lado las innovaciones tecnológicas que están relacionadas con la educación, las nuevas herramientas de aprendizaje en línea abren una nueva forma de enseñar, en donde el docente debe seguir como base del proceso de aprendizaje, si bien existe metodologías en donde el Internet es el único requisito para aprender, se debe tener en cuenta que la mejor opción es un aprendizaje que comparta clases presenciales y virtuales.
    La evaluación juega un papel muy importante en el proceso de la enseñanza, se evalúa al estudiante desde el inicio de clases, motivándole a realizar tareas por su propia cuenta y dando apertura a que sus criterios sean expuestos en forma adecuada. Con las prácticas ya ejecutadas, las evaluaciones deben ser dinámicas y debemos olvidarnos de las evaluaciones esclavistas en donde se sometía al alumno a un proceso de evaluación rustica y complicada. La evaluación en aulas virtuales es un tema que debe analizarse detalladamente y lograr estructuras evaluaciones en donde logremos verificar si los resultados son los correctos o deseados.

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