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El Objetivo de este blog consiste en colaborar con todos los actores del ámbito educativo resignificando el valor de la MEDIACION PEDAGOGICA

Prof. Patricia Blanco


miércoles, 20 de octubre de 2010

“La mediación y la convivencia en el aula” por Flavia Volpe



Para abordar el siguiente tema, debemos comenzar por entender ¿A qué llamamos mediación y convivencia dentro del marco educacional?
En cuanto a lo investigado, el término mediación abarca múltiples definiciones de acuerdo con el contexto al que aplique. Pero en éste ensayo nos propondremos abordar sòlo el ambiente áulico.
Según Lederach[1] (1996), “la mediación es una técnica muy amplia que consiste en la intervención de un tercero (un individuo, equipo, etc.) que facilita el logro de acuerdos en torno a un conflicto.
Por lo tanto para establecer una mediación, debe existir un conflicto entre dos o más partes y la presencia de un intermediario que debe resolver ese conflicto entre éstas. Al hablar de mediación no podemos eludir el rol de la convivencia..
Como todos sabemos, el ser humano tiene dos necesidades sociales básicas: la necesidad de una relación íntima, estrecha con los agentes socializadores primarios y la necesidad de sentirse parte de una comunidad cercana e interesada por él. Somos fundamentalmente seres con otros y nuestro bienestar es mucho mayor cuando nos encontramos en un ambiente armónico, en el cual vivimos en estrecha comunión.
El aprender a convivir en sociedad es una obligación que cada individuo debe adoptar.Entonces, si la convivencia es parte de nuestras vidas cotidianas, es importante desde un principio, enseñar al niño cómo adoptar hábitos que faciliten la convivencia, al punto de poder resolver los conflictos que surgen de la misma.
La convivencia escolar debe fundarse en unos compromisos  y prácticas responsables de toda la comunidad educativa, desarrollados a través de los órganos de gobierno que correspondan, de manera que toda política de prevención tenga: coherencia, totalidad, orientación comunitaria, complementariedad y causalidad.
Pero, ¿Qué es la convivencia[i]?
La convivencia implica, estar al mismo tiempo y en el mismo lugar que otros, con los que se interactúa activa y creadoramente, con quienes se comparten aspectos comunes, y entre quienes se da un entendimiento, una empatía. Sin embargo, convivir, no significa estar de acuerdo en todo, sino la posibilidad de disentir, debatir y regular ese conflicto sin que ello suponga una ruptura, una desintegración o la pérdida de cohesión social.
Con esta información expuesta partimos de la base que con el transcurso de los años, se han implementado diferentes proyectos que actúan como metodologías para abordar ciertas situaciones en el aula.
Si bien, cada grupo de clase presenta sus propias experiencias, hoy tenemos variedad  de técnicas pedagógicas que nos ayudan a los docentes y futuros docentes a encarar las problemáticas  que se presentan con distintas herramientas favorables, como por ejemplo:
La mediación entre iguales, la mediación con un adulto mediador, mediación educativa (escuela pacífica y resolución de conflictos) y mediación integral y/o global (Programas  de mediación escolar)[ii]
Cada una de éstas, ayudan a una convivencia propicia y al individuo en sí.
Entonces, ambos conceptos  “mediación y convivencia se relacionan entre sí. ¿Por qué?
En un ambiente donde diariamente cohabitan un grupo de personas de diferentes clases sociales, religión, valores, ideales, entre otros, es habitual que surjan “conflictos”. Ejemplo:
 “Un alumno tiene intensión de agredir físicamente a su compañero por el sólo hecho de pertenecer a un grupo social diferente. Esto tiene correlación con la mala convivencia.”
Estos dos jóvenes, no pueden establecer una armonía o empatía, entonces se generan estas diferencias. Aquí es donde la figura de un tercero (mediador) debe entrar en escena, Su rol consistirà en poder primeramente, tener una conversación con las partes en apuro y  determinar el consentimiento previo de cada uno de colaborar para la solución del problema, luego negociar, lograr llegar a un acuerdo, etc.
Finalmente todo este proceso, conlleva a la mejora de una convivencia áulica, no sólo al grupo de clase sino  también al individuo en particular, ya que la escuela forma al sujeto para vivir en sociedad.
Amigo lector, este no es  un escrito referido al buen proceder del ser humano para prevenir ciertas situaciones, sino tratar de exponer dos conceptos relacionados entre sí, que se presentan a diario y con los cuales debemos lidiar.
Estos conflictos de los que hablamos párrafos anteriores, no son aislados, sino que surgen en aulas de instituciones donde trabajamos cotidianamente. Cuando digo aislados me refiero a dos cosas: primero que no pasan sólo en otros países y segundo que generalmente tienen relación con el contexto socio-cultural en el que vivimos.
El propósito de intervenir ante un conflicto, no es sólo tarea del mediador.
Los docentes deben estar informados sobre el problema, los padres de cada una de las partes, los directivos, ya que la instancia de mediación lleva un tiempo, la utilización de un espacio, la fijación de horarios en común y otros aspectos que las partes en conflicto deben estar de acuerdo si aceptan intentar solucionarlo.
Para establecer estos programas curriculares, hay que tener en cuenta la organización y el compromiso, ya que se trata de hechos reales y cotidianos.
Todo va a proporcionar una buena solución y por ende una buena convivencia.Abordar el problema desde el comienzo, es decir, “no eludirlo”, va a generar que las relaciones que se establecen entre pares iguales, sean efectivas, óptimas, creando un buen clima de trabajo y un ambiente cohabitable.
Como los conflictos áulicos son globales, ya que todos tienen una cuota de relación con el contexto que los rodea, quiero mostrarles una situación  semejante a la expuesta anteriormente. En un artículo del consejo educativo de la ciudad de  Castilla y León (España), uno de los colaboradores, Luis del Álamo Vaquero, realizó un análisis sobre un caso de mediación educativa.
“Se trata de dos adolescentes que disputan verbalmente a la salida de clase, incluso llegan a la agresión física: golpes y arañazos.
Los profesores intervienen directamente, y se les ofrece acudir a mediación para solucionar sus diferencias, que consistía en un cruce de agresiones verbales permanentes de un grupo de chicas hacia otro, por  la vestimenta, por la forma de relacionarse, etc.
Las chicas apelaron a sus respectivos grupos y fueron éstos los que decidieron acudir al proceso de Mediación, logrando un éxito final al comprometerse con un acuerdo de no agresión”.
Podemos observar que hay una semejanza entre ambos casos, el primero ocurre en un espacio que cotidianamente transito y el segundo en  un aula de otro continente pero con iguales situaciones de conflicto.
Generalmente, para este tipo de conflictos, lo ideal es la presencia de un par igual para intervenir a la resolución del problema. Pero siempre con un adulto responsable como fue en el caso anterior la injerencia de los profesores.
También como otro tipo de opción, es prevenir que se generen los conflictos, aquí es donde deben actuar, la familia, el personal de las instituciones, el ambiente escolar que favorezca el respeto y un grado óptimo de confianza, las normas de convivencia, etc.
En conclusión, de acuerdo a todo lo expresado podemos finalizar diciendo que mientras un conflicto que se desata es percibido y se trata de solucionarlo, estamos frente a un proceso colaborativo, en  donde no sólo las partes del problema están en colaboración para remendar la situación, sino los distintos actores.
Todo este proceso, genera un bienestar al aula, a la comunidad que asiste y a la sociedad en sí, pues el individuo debe transitar en ella y relacionarse con ella. Todo en conjunto produce  un ambiente óptimo para la enseñanza y  el aprendizaje.

          

Bibliografía

Ø      Tuvilla Rayo, José. Guía de Convivencia escolar y resolución pacífica de conflictos, Consejería de educación y ciencia, Dirección General de  Orientación Educativa y Solidaridad. Edición Nº2

Ø      Programa Nacional de Mediación escolar, marco general, Ministerio de Educación.

Ø      Consulta en http://www.consejoeducativo.org

Ø      Del Álamo Vaquero, Luis. “Análisis de un caso de intervención educativa  con Mediación.” Equipo del IES Zorrilla Valladolid, sección Convivencia y Conflicto, 22 de marzo de 2006, España.

Ø      García Pelayo, Ramón y Gross. Pequeño Larousse Ilustrado. Ediciones Larousse Argentina, Buenos Aires.

Ø      Lederach, J.P. (1989): Elementos para la resolución de conflictos. En cuadernos de No-violencia, núm.1, junio, Servicio de Paz y Justicia, México




























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